sábado, 26 de septiembre de 2009

El Pay de Dios





Está en Inglés pero "para buen entendedor, con pocas palabras basta"

Dr. Lester Sumrall


Lester Sumrall nació el 15 de febrero de 1913 en Mississippi; hijo de Jorge y Betty Sumrall. Su madre era creyente entregada y radical, pero su padre era tibio en la fe. Su madre lo consagró a Dios antes de que Lester naciera y oraba y declaraba que el sería un predicador. Él fue el sexto hijo de la que fue una familia de ocho niños. Betty acostumbraba a invitar a evangelistas itinerantes a quedarse en su casa mientras ellos estaban campaña en su iglesia. Esto a menudo significaría) una familia adicional para alimentar en la casa y a Lester no le gustó la tensión que esto añadia a la economía de su familia. ¡Por esta razón en principio el no estuvo de acuerdo con los evangelistas y seguramente nunca quiso ser uno de ellos!


Betty Sumrall era una guerrera de oración increíble y oraba por su familia constantemente. Lester vio algunos acontecimientos muy milagrosos en sus vidas. Un día a ella le fue diagnosticado cáncer de mama. Betty se rodeó por mujeres intercesoras que oraban por ella de una manera regular y constante. Durante una noche en medio de esta batalla Jesús entró en su cuarto y la tocó. Ella fue completamente curada a partir de aquel momento. Cuando el abuelo de Lester sufrió una lesión por una caída, él quedó incapacitado. Él no podía alimentarse ni vestirse. La familia de Lester le trajo a su casa y Betty decidió llamar el grupo de intercesoras para orar por él. Ellas lo guiaron a reconer a Jesús y comenzaron a orar por él. Él estaba en una silla de ruedas y no podía mover sus piernas y brazos. El poder de Dios cayó sobre él y se levantó de la silla de ruedas y podía caminar y mover sus brazos. Él volvió a su casa para vivir quince años más solo.

Lester comenzó a sufrir problemas de salud y dejó sus estudios a los dieciséis años sin haberlos concluido. Él fue diagnosticado con tuberculosis, una enfermedad mortal en aquel entonces. Él siguió empeorand, su peso descendió a 45 kilos y cayó postrado en cama. Una vez más su madre convocó a las intercesoras para que oraran regularmente por la sanidad de Lester. Próximo a cumplir los diecisiete años el doctor declaró que él estaba a punto de morir e inclusive había elaborado el acta de defunción. Esa noche Dios le dio una visión a Lester. A un lado de su cama estaba un ataúd del otro lado estaba una Biblia. ¡Le dieron una opción clara, predicar el evangelio o morir de tuberculosis esa noche! Él decidió predicar el evangelio. Él fue sanado y a la mañana siguiente él volvió a comer después de mucho tiempo. Tres semanas después Lester alistaría sus maletas para partir a realizar su misión como evangelista.

Esto era un principio duro y difícil. Lester y un amigo, que oficiaba como líder alabanza, impactaron los bosques del sur del país. Ellos no eran muy conocidos y la gente a la cual Lester predicaba eran muy difíciles. Pero algo sucedió porque él alcanzó un grupo bastante grande para comenzar una iglesia. Lester informó de esto a su denominación para que fuera enviado un pastor para el nuevo grupo. Cientos fueron salvados. Viendo su éxito ellos lo ordenaron como un ministro del evangelio.

En 1931 Dios comenzó a tratar con las motivaciones de Lester. Él había accedido a predicar el evangelio para salvar su vida pero él no tenía una verdadera preocupación por la gente. Dios le dio una visión de las multitudes de personas en países extranjeros que iban al infierno. Dios rompió su corazón para el perdido esa noche. Dios le llamó para ser un evangelista internacional y predicar el evangelio al mundo entero. Él nunca fue el mismo desde aquella vez. Dieciocho meses más tarde Dios conectó a Lester con Howard Carter, un maestro de la palabra conocido internacionalmente y ellos comenzaron a viajar el mundo juntos. Viajaron a Australia, Singapur, Hong Kong, Java, Las Indias Orientales Holandesas, Tíbet, Manchuria, Japón, Corea, Alemania, Brasil, Bolivia, Francia, España, Portugal e Inglaterra. Ellos iban a un área; Howard iba a un lugar a predicar y Lester a otro. Algunas sanidades notables y restauraciones comenzaron a ocurrir en las reuniones de Lester. La gente estaba siendo sanada y salvada por miles.

Durante la guerra en los años 40 Lester volvió a EU, México, Suramérica y Centroamérica. En Argentina Lester se encontró a otra misionera llamada Louise Layman . Lester y Louise se casaron dos años más tarde. Ellos comenzaron su ministerio como pareja en Cuba, Haití, y Puerto Rico. Una vez Louise fue contagiada con la malaria pero Dios la sanó en respuesta a la oración de Lester. Ellos siguieron a Guyana, Surinam, Brasil, Argentina, Perú, Ecuador, Uruguay y Panamá. Solamente redujeron su ritmo de trabajo cuando Louise quedó embarazada y ellos volvieron a los Estados Unidos. Dios llamó la pareja para establecerse en South Bend, Indiana durante los siguientes años.

En 1950 Dios llamó la familia a Manila en Filipinas. El trabajo era resistente yendo hasta una muchacha que estaba poseída por un demonio y que era causa de muchas noticias a nivel nacional. Dios llevó a Lester a orar para ella. La liberación y sanidad se hicieron tan públicos y tan dramáticos que los periódicos por todas partes llevaron la historia. El país entero se abrió al evangelio. Él sostuvo reuniones de avivamiento durante seis semanas y la asistencia fue estimada una noche en sesenta mil. Clifton Erickson vino de los Estados Unidos para ayudar en las reuniones. Cien cincuenta mil fueron salvados durante aquellas semanas. Un actor famoso que no podía caminar fue sanado lo que dio aún más atención por parte de los medios de comunicación. Un abogado que había estado sobre muletas durante doce años fue completamente sanado. Estos y muchos otros milagros realizo Dios a través de la vida de Lester Sumrall.

En 1957, él establece la Asociación Evangelística Lester Sumrall (LeSEA). Dios llamó la familia nuevamente a los Estados Unidos en los años 1960 para comenzar un trabajo pionero de radio y televisión. En 1968, nace la emisora radial cabecera de LeSEA Broadcasting, WHME Harvest 103.1 FM. Lester Sumrall es el "padre" de la televisión cristiana. Consiguió la primera licencia para emitir una emisora de televisión cristiana las 24 horas del día y lanzó WHMB en Noblesville, Indiana en el año 1973. Su predicación comenzó a ser oída por todos los Estados Unidos y el mundo entero. Él también comenzó un ministerio para alimentar a la gente hambrienta por todo el mundo. Lester permaneció fiel a Dios y a la visión que Él le dio hasta que partió con El Señor en 1996.

Usos y costumbres de las tierras bíblicas - Fred H. Wight


Una presentación completa de los usos y costumbres orientales para poder interpretar el significado de pasajes bíblicos

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Campaña de Ayuno y Oracion


Les invitamos a esta poderosa campaña de ayuno y oración. Iglesia Maranatha Central Cali, Calle 8 No. 42-101 Barrio Los Cámbulos.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Libertad del Temor - Kenneth Copeland - Libro y Audiolibro


Hay dos leyes espirituales que operan en el mundo hoy: La ley del espíritu de vida en Cristo Jesús y la ley del pecado y la muerte. La fuerza de la fe viene de la vida y la fuerza del temor viene de la muerte.

En este libro Kenneth Copeland a descubierto la operación de estas dos fuerzas. Hay una manera de usar la fe dada por Dios para conquistar el temor en cada campo de batalla.

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Audiobiblia mp3 Reina Valera 1960


Las palabras mas poderosas en el mundo, están en la Palabra de Dios. Disfrute de la Palabra de Dios en la casa o donde quiera que vaya. Estos archivos de audio son perfectos para el estudio de la Biblia, para personas con problemas visuales y aquellos con vida activa. Esta es la Palabra de Dios hablada, en su Frescura y simpleza original. Deja que la Palabra de Dios brinde bendiciones a su vida.

Descárguela libro por libro, haciendo click en el nombre del libro que quiera descargar.

ANTIGUO TESTAMENTO


jueves, 10 de septiembre de 2009

Smith Wigglesworth - "Apóstol de fe"



Resucitar a los muertos fue sólo una de las increíbles facetas del ministerio de Smith Wigglesworth. Para él la simple obediencia a lo que uno creía no era una característica extraordinaria; era simplemente el fruto de la fe. Se dice que su propia fe era inquebrantable y algunas veces implacable. Pero también se dice que poseía una unción especial para la enseñanza y un claro sentido de la compasión, que tenían por fruto incontables salvaciones y milagros en su ministerio, todos los días. Por Roberts Liardon

Smith nació el 8 de junio de 1859 en un pequeño pueblo de Inglaterra. Aunque sus padres no eran cristianos, no hubo nunca un tiempo en que el joven Smith no buscara a Dios. No le enseñaron a orar en su hogar, pero siempre estaba en esa búsqueda por su cuenta. Su abuela era una antigua wesleyana que creía en el poder de Dios y siempre hacía que Smith la acompañara a las reuniones. Cuando Smith cumplió ocho años, quiso cantar él también en la iglesia. Al comenzar a cantar, "un claro conocimiento del nuevo nacimiento" vino a él, y comprendió lo que Jesucristo había hecho por él por medio de su muerte y resurrección. El joven Wigglesworth se convirtió inmediatamente en un pescador de almas. La primera persona que ganó para Cristo fue su propia madre.


¡Hay algo diferente en ti!

Desde los trece años Smith participó activamente en la Iglesia Metodista Wesleyana. Su vida espiritual cobró nuevo significado, y comenzó a anhelar el Espíritu de Dios. Tiempo después, los metodistas planeaban una reunión especial de predicación, y siete jovencitos fueron invitados a participar, incluso Smith. Con tres semanas para prepararse, el joven "vivía en oración". Cuando llegó el día, tomó la plataforma para predicar durante quince minutos, y al terminar, no recordaba ni una palabra de lo que había dicho. Lo único que recordaba era el increíble ardor que lo cubría, y los gritos de aliento de la gente. En 1875, se unió al Ejército de Salvación para compartir su amor por los perdidos. Creía que el Señor lo ayudaría en todo, y comenzó su ministerio. En 1877 fue a casa de un plomero para pedirle trabajo. El hombre le dijo que no necesitaba ayudantes, así que Smith le agradeció, se disculpó por haber usado su tiempo, y se volvió para irse. Pero repentinamente el hombre lo llamó y le dijo: "Hay algo en ti que es diferente. Creo que no puedo dejar que te vayas". Y lo contrató. Smith hacía un trabajo tan excelente que decidió mudarse a Liverpool, con su experiencia en plomería. Con el poder de Dios que descansaba firmemente sobre él, comenzó a ministrar a los niños de la ciudad y a predicarles el evangelio, movido por su deseo de ayudarlos.


El matrimonio

Uno de los grandes atributos de la vida de Smith Wigglesworth fue su esposa, Mary Jane "Polly" Featherstone. Polly era tan fuerte, o más, algunas veces, que su esposo. Nunca se negaba a acompañarlo, y Smith estaba de acuerdo. Dios comenzó a usarla para salvar a los perdidos a tal punto que los ministros metodistas la llamaban a evangelizar en sus iglesias, y cientos de personas se convirtieron con su ministerio. El poder de Dios descansaba poderosamente sobre ella. Empujado hacia el púlpito A fines del siglo XIX, Smith viajó a Leeds para comprar materiales para su trabajo de plomería. Mientras estaba allí, asistió a un culto en una iglesia donde se ministraba sanidad divina. Observó las maravillosas sanidades que se producían, y su corazón se conmovió. Entonces comenzó a buscar a los enfermos en su ciudad, Bradford, y pagaba sus viajes para ir a las reuniones de sanidad de Leeds. Como comprendían que Smith necesitaba "un empujoncito" para comenzar su ministerio público, los líderes del Hogar de Sanidad de Leeds tomaron una decisión, y le pidieron que los reemplazara en el púlpito mientras ellos iban a la convención de Keswick. Smith dudó al principio, pero los ministros le aseguraron que él podía hacerlo. Cuando llegó el día de ministrar, Smith estaba a cargo de la reunión, pero no había quién predicara. Todos estuvieron de acuerdo en que él debería hacerlo. Vaciló, pero comenzó a ministrar, y al terminar su mensaje, quince personas se acercaron para que orara por su sanidad. Un hombre que andaba con un par de muletas, se acercó, y cuando Smith oró por él, comenzó a saltar por todos lados, sin sus muletas, totalmente sano. ¡Nadie estaba más sorprendido que Smith!

Bañado en el poder y la gloria

En 1907 llegó otro punto crucial en la vida de Smith Wigglesworth. Había oído que un grupo de personas en Sunderland habían sido "bautizadas en el Espíritu Santo" y "hablaban en otras lenguas". Entonces decidió ver este fenómeno por sí mismo. Smith, buscaba a Dios con todo su corazón para experimentar este "bautismo en el Espíritu Santo", y fue a un centro de reuniones cercano del Ejército de Salvación para orar. Tres veces el poder de Dios lo abatió al suelo. Smith estaba decidido a conocer a Dios en esa área. Durante cuatro días estuvo delante del Señor mientras esperaba hablar en otras lenguas, sin resultado. Finalmente, desalentado

en su espíritu, sintió que era hora de regresar a Bradford. Pero antes de partir, se dirigió a la casa pastoral para despedirse de la esposa del vicario, la Sra. Boddy. Le dijo que tenía que regresar a su casa y que aún no había logrado hablar en lenguas. Ella le respondió: "No es el hablar en lenguas lo que usted necesita, sino el bautismo". Smith le pidió que le impusiera las manos antes de partir. Ella oró una oración sencilla pero llena de poder, y luego salió del cuarto. Fue entonces que cayó el fuego. Bañado en el poder y la gloria del Señor, Smith vio una visión de la cruz vacía con Jesús exaltado a la diestra del Padre. Lleno de adoración y alabanza, abrió su boca y comenzó a hablar en otras lenguas, comprendió finalmente que aunque antes había recibido la unción, ahora era bautizado en el Espíritu Santo como en el día de Pentecostés.


"Déjala ir"

Uno de los dolores más grandes en la vida de Smith estaba a punto de ocurrir. Mientras esperaba en la estación del tren para partir hacia Escocia, recibió una noticia devastadora. Polly se había desplomado a causa de un ataque cardíaco mientras regresaba de la obra misionera de la calle Bowland. Smith corrió a su lado y descubrió que su espíritu ya había partido para estar con el Señor. No dispuesto a aceptarlo, inmediatamente reprendió a la muerte y su espíritu regresó, pero sólo por un breve tiempo. Entonces el Señor le dijo: "Yo deseo llevarla a casa conmigo ahora". Así que, con el corazón destrozado, Smith dejó en libertad a su compañera, aquella a la que había amado tantos años, para que fuera con el Señor. Polly Wigglesworth sirvió al Señor hasta el último minuto de su vida, el 1º de enero de 1913. Algunos dicen que después de su muerte, Smith pidió una doble porción del Espíritu. A partir de ese momento, su ministerio tuvo aún más poder.


Este es el secreto...

Smith comenzó inmediatamente a ministrar por todo el país, viajaba con su hija y su yerno. Tenía una increíble revelación en el tema de la fe, y su enseñanza al respecto atraía a las masas. Wigglesworth no se quedaba "con la esperanza" de que la oración diera resultado. Su revelación sobre la fe era concreta, y ablandaba aún los más duros corazones para llevarlos al amor de Jesucristo. Para 1921, el ministerio de Wigglesworth florecía. Su hogar estaba inundado de invitaciones para ministrar en otros países, y se embarcó en el más largo viaje de toda su vida. Aunque era muy popular en la Europa continental y en los Estados Unidos, nadie pareció notar su llegada a Colombo, Ceylán (Sri Lanka). Pero pocos días después, las multitudes llenaban el edificio para tratar de conseguir un lugar. Muchos quedaron afuera. Cuando la reunión terminaba, Smith pasaba por entre medio de miles de personas, las tocaba y creía en el poder de Dios para con ellas. Según los relatos, decenas de personas fueron sanadas con el solo paso de "su sombra" por encima de ellas. En 1922 viajó a Nueva Zelandia y Australia. Algunos creen que las reuniones de Smith fueron el punto de partida de las iglesias pentecostales en estos dos países. Aunque sólo pasó unos meses allí, miles de personas fueron salvas, sanadas y llenas del Espíritu Santo con la evidencia de hablar en lenguas. Australia y Nueva Zelandia experimentaron así el mayor avivamiento espiritual que jamás hubieran conocido.


Las aflicciones tuvieron que ceder

Aunque los ojos de Wigglesworth habían visto muchos milagros y sanidades instantáneas, él mismo no recibió esos milagros. En 1930, cuando ya tenía setenta años, sufría de tremendos dolores. Oró, pero no recibió alivio, así que fue a ver a un médico, que después de sacarle algunas radiografías le dio un diagnóstico de un caso severo de cálculos en el riñón en un estado avanzado. Su única esperanza era una operación, dado que, según el médico, si continuaba en este doloroso estado, moriría. Smith le respondió: "Doctor, el Dios que creó este cuerpo es quien puede sanarlo. Ningún cuchillo me cortará mientras yo tenga vida". Smith pensó que este sufrimiento acabaría pronto, pero duró seis largos y dolorosos años. Durante este tiempo, nunca dejó de asistir a las reuniones programadas, con frecuencia ministraba dos veces por día. En algunas reuniones, oraba por hasta ochocientas personas mientras se retorcía de dolor él mismo. Algunas veces abandonaba el púlpito cuando el dolor se volvía insoportable, para luchar en el baño mientras despedía otra piedra. Luego regresaba a la plataforma y continuaba con la reunión. Con frecuencia se levantaba de su propia cama para ir a orar por la sanidad de otros. Muy pocos sabían que él mismo estaba atravesando la más grande prueba de su vida. Algunas veces perdía tanta sangre que su rostro estaba pálido y tenía que envolverse en mantas para recobrar calor. Después de los seis años, tenía más de cien piedras en una botella de vidrio.


Y no fue más... Porque Dios lo llevó

Dos años después de iniciada su batalla contra los cálculos en los riñones, Smith no se daba por vencido. En cambio, en 1932, pidió a Dios quince años más para servirle. Dios le otorgó lo que había pedido, y durante esos años, visitó gran parte de Europa, Sudáfrica y Estados Unidos. Su más grande gozo era ver la Palabra confirmada con señales y prodigios, a través de la fe de la gente. Su principal meta era que las personas vieran a Cristo, no a Smith Wigglesworth. El 12 de marzo de 1947, inclinó la cabeza, y sin pronunciar palabra ni experimentar dolor alguno, fue a estar con el Señor.


Fe, compasión y milagros

¿Acaso el poder de Dios en que anduvo Smith Wigglesworth ha dejado la Tierra? ¿Se fue con él cuando murió? ¡Por supuesto que no! El mismo poder con el que operaba Wigglesworth está a nuestra disposición hoy; no necesitamos más poder. Sólo necesitamos utilizar nuestra fe y compasión para que ese poder opere. Wigglesworth operó con la fe más osada que yo jamás haya visto desde el Libro de los Hechos, pero esa fe era encendida por la compasión. Smith le tomó la Palabra a Dios y se dejó mover por su compasión hacia las personas, y esa combinación produce milagros.

El desafío ahora ha pasado a nuestra generación. Dios ha convocado a hombres y mujeres para que invadan ciudades y naciones con el poder del cielo. ¿Responderás al llamado de Dios? ¿Te atreverás a "sólo creer"? Despierta el don que hay en ti, e invade tu hogar, tu comunidad y tu nación con el poder de Dios. Que la voluntad del cielo se haga en la Tierra... ¡a través de ti¡

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